El cuento "El gato negro", escrita por Edgar Allan Poe, trata de la terrible experiencia que vive el personaje principal, a la vez narrador, a raíz de una odio que nace hacia su propia mascota.
Comienza contando que cuando era niño estaba lleno de bondad y tenía un gran amor hacia los animales, lo cual perduró a través de los años. Ya de grande, se casó con una mujer que tenía los mismos sentimientos hacia ellos, es por eso que su casa estaba llena de mascotas. Tenían todo tipo de animales, entre ellos un gato negro llamado Plutón, el cual era su preferido. Fueron amigos durante varios años, pero su temperamento comenzó a cambiar por culpa del animal, ya que se volvió melancólico e irritable, trataba mal a su esposa y abusaba de los animales, menos de Plutón.
Una noche volvió borracho y Plutón lo evitaba. Lo mordió. Él se molestó y le sacó un ojo. Al día siguiente tuvo remordimiento ante lo que había sucedido y terminó desahogándose en vino. Pasó el tiempo y la herida sanó, ya no le dolía al animal, pero cada vez que lo veía el gato huía. Eso lo irritó aún más. Sin pensarlo, una mañana lo ahorcó con un lazo por el pescuezo en la rama de un árbol y lo terminó matando.
La noche del crimen se incendió su casa y solamente escaparon su esposa, un sirviente y él. Absolutamente todo se derrumbó, todo menos una pared donde había quedado grabada la imagen de un gato que representaba el asesinato de Plutón.
Todo se volvió confuso, trató de encontrar la razón para que se haya creado esa imagen. Recordó que había ahorcado al gato en la casa de al lado. Cuando sonó la alarma la gente debió invadir el jardín y seguro soltaron al gato de su soga y lo tiraron por la ventana para despertarlo. Así debió grabarse la imagen con la cal. De esta manera fue como concluyó el motivo de la imagen, pero su cabeza seguía intranquila. Lamentó la pérdida de Plutón y decidió buscar otro gato que se le parezca.
Una noche, en una taberna estaba medio borracho y vio a un gato que se le parecía a Plutón, solo que éste tenía una mancha blanca que le cubría casi todo el pecho. Lo acaricié e inmediatamente le agradó. Le dijo al tabernero que se lo compraba y él le dijo que no era suyo y que nunca lo había visto, entonces decidió llevárselo a su casa.
Se acostumbró muy rápido a la casa y se convirtió en el engreído de su esposa. A raíz de eso, comenzó a sentir antipatía hacia el gato, el cariño y amor que provenían del felino lo molestaban.
Al día siguiente de la llegada del animal a la casa, se dio cuenta de que el gato era tuerto como Plutón. Además, su esposa le mencionó que la mancha blanca que tenía en el pecho representaba la imagen del patíbulo.
Iban pasando los días y el gato comenzó a quererlo más, lo que pasada con él, pero al contrario, ya que ni lo aguantaba. Trató de matarlo, pero terminó teniéndole miedo, debido al crimen que cometió en el pasado.
La maldad se fue apoderando de su alma, lo que terminó en la decisión de asesinar al gato en el sótano. Trató de hacerlo; sin embargo, falló en el intento, ya que su esposa se interpuso. La desgracia fue que en vez de clavarle el hacha al animal, mató a su gran amada.
Para no levantar sospecha alguna, decidió sepultar el cadáver detrás de la pared de ladrillos del sótano, la cual era fácil remover. Fue a partir de ese momento que el gato desapareció por completo y él comenzó a sentirse más tranquilo.
Un par de días después del gran asesinato, unos policías se acercaron a su casa para revisarla. Revisaron todo el terreno y no encontraron rastro alguno de la esposa. Al momento de llegar al sótano el mismo hombre agarró un bastón y golpeó la pared donde se encontraba la mujer, diciendo: "Estos muros están muy bien construidos". Segundos después del golpe los policías voltearon a mirar a la pared ya que escucharon un sonido que provenía de ella. Removieron los ladrillos y encontraron el cadáver de la mujer junto al gato, el cual fue enterrado misteriosamente con él.